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Sant Medir 2018

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Según la tradición, San Medir era un campesino catalán que vivió a principios del siglo IV en la sierra de Collserola, cerca de lo que hoy sería Sant Cugat del Vallés, y que murió degollado por los romanos para ayudar supuestamente un obispo. La tradición y el culto al santo se perdieron y olvidar casi por completo hasta que, a partir del siglo XIX, se comenzó a recuperar por los vecinos de Gràcia y Sarrià-Sant Gervasi, origen de las celebraciones que se hacen actualmente cada 3 de marzo.
 
El sábado, día de Sant Medir, entre las 9 y las 13 horas de la mañana, aproximadamente, las diferentes Colles de Sant Medir participan en el pasacalles por las principales calles y plazas de los barrios de Gràcia, Sarrià-Sant Gervasi y La Bordeta (Mayor Sarrià, Pl. del Consell de la Vila, Gran de Gràcia, Torrent de l'Olla, Escorial, Travessera de Gracia, Pl. de la Vila, Constitució).
 
Generalmente, las 'colles' suelen estar formadas por caballos, carruajes y camiones, todo ello encabezado por una banda de música que ameniza la fiesta. Los romeros tiran caramelos y golosinas a la gente que encuentran por el camino. Los grupos suelen buscar los mercados, las plazas y las escuelas, ya que es donde se encuentra más gente esperando su paso, pero también recurren calles estrechas y avenidas anchas, así que toca correr para atraparlos.
 
Al mediodía, hacia las 13 horas, todos los grupos participan en el encuentro que se organiza alrededor de la Ermita de Sant Medir, en la sierra de Collserola. Se celebra la fiesta con una misa y se hace entrega a los grupos del lazo conmemorativo.
 
Cuando cae el sol y como ya es tradición, las noches de Sant Medir se viven en el barrio de Gracia, concretamente en las calles Escorial, San Salvador y Gran de Gràcia. Las 'colles' se colocan en formación una tras otra desde la calle Nil Fabra hacia atrás. A las 20 h arranca el pasacalle y van desfilando bajando por la calle Gran de Gràcia, encabezados por la Guardia Urbana montada. Al finalizar el desfile, en el Pla de Salmeron se instala una tarima donde se colocan las autoridades municipales y saludan las colles una por una, a menudo intercambiando caramelos.

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