Peyró traza una comedia aparentemente realista en el inicio que poco a poco se va transformando y creando un mundo, unos clímax, donde lo inverosímil se apodera con naturalidad de los personajes y de las acciones en una curva llena de sorpresas que mantiene la atención del espectador a pesar de cierta reiteración del discurso, de las palabras, extremo propio de la escritura del autor en aquella época. Un matrimonio acomodado sin hijos con problemas económicos. La visita misteriosa de un viejo conocido que sale del manicomio. Un hombre que en su tiempo, dicen, hizo mucho dinero. El marido le llevará a casa con la esperanza de que le salve la empresa. Eduardo, el invitado, es una persona peculiar. Y la historia comienza a caminar por terrenos de un realismo rasgado que crea un mundo paralelo.
'Desiertos' es un juego teatral que la directora ha sabido trasladar al escenario con una profusión de recursos para darle vida, credibilidad e interés. Debo destacar el espacio sonoro de Ramon Calduch que, como la escenografía, juega a favor de esta sensación de irrealidad dentro de un realismo que explora la incógnita constantemente. Gran trabajo de Oscar Bosch, Carla Ricart y Xavier Pàmies, aunque su verborreico personaje puede resultar algo menos atractivo. 'Desiertos', plenamente actual. Muy recomendable.