Hattie Naylor es una autora esencial del teatro británico de hoy, autora de obras de gran potencia emocional, sólo aptos para grandes intérpretes. Del tiempo de la crisis, recordamos 'Ivan i els gossos', un monólogo estremecedor que Pol López, bajo la batuta de Pau Carrió, nos estampó en las narices. 'Abans que es faci fosc' pertenece a la misma familia, trasladando las calles helados de Moscú al paisaje interior de una mujer de mediana edad, astrónoma, que pierde su bien más preciado: la vista. Con el agravio añadido que es madre soltera de una niña de cinco o seis años.
Míriam Iscla tiene esta capacidad de mirar a los ojos y explicar el drama, de hacernos palpar qué le está pasando por dentro. No es que choque con los muebles de casa, sino que el mundo que le rodea, de las estrellas que está enseñando a mirar a María, su hija, hasta la relación con los padres y su trabajo, se desmorona. Pierde la vista y tiene la sensación de que olvidará su cara. Terror. Pero la obra sufre una dirección de Pep Pla un poco conservadora. Y tenemos la sensación de que se ha quedado a medio camino.
No sé, por ejemplo, si cambiar el rol del protagonista, que en la obra original es un hombre, elimina una capa al texto que en manos de una mujer no tiene: un padre soltero es algo más insólito que una madre soltera. A nivel estético, al mismo tiempo, podría haber jugado más con la idea del camino hacia la oscuridad de la astrónoma. Iscla, sin embargo, hace que todo esto sean matices discutibles.
Autoría: Hattie Naylor. Traducción: Nieves Bonilla, Carmen Camacho. Dirección: Pep Pla. Interpretación: Míriam Iscla. Voces en off: Daniela Lucas, Lluís Soler, Rosa Cadafalch, Toni Ubach.