Concierto ZAJ para 60 voces

El nombre de esta cita ni engaña ni deja lugar a dudas: un concierto que reúne 60 voces, sin género, sin discriminación de sexo, edad o condición -algo casi heroico en estos tiempos que corren- dirigidas como si fuera una orquesta por la artista Esther Ferrer. pero no es un concierto al uso, sino que consiste en dar la oportunidad a cada intérprete de decir, recitar o cantar su frase correspondiente solo una vez o repetirla las veces que desee -durante el minito que dura su actuación-; tiene incluso libertar total para cambiar, si quiere, de idioma o hasta de entonación. La idea que subyace a esta performance es la de traspasar el muro sonoro impenetrable que supone el caos en nuestro día a día, haciendo que cada vez sea más difícil hacernos escuchar. Todo un reto, sin duda.