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Gracia Querejeta le dedica '15 años y un día' a su padre, Elías Querejeta. Es una manera de agradecer la enorme influencia que ha tenido en su vida y en su carrera en la primera película que hacen sin él, ni como guionista, ni como productor. Gracia ha rodado seis películas en veinte años dedicados al cine. No son muchas. Pero esto no quiere decir que no tenga suficientes horas de vuelo cinematográfico en documentales, series de televisión y cortometrajes. Un aprendizaje que le ha dado más y más seguridad a la hora de enfrentarse a un nuevo film.
De los seis títulos, tres los escribió con su padre, dos con David Planell y uno, éste, con Santos Mercero. De los cinco primeros, podríamos decir que, aunque sean muy diferentes, tienen una unidad estilística, más que temática, suficientemente sólida. Una unidad que en esta última entrega no se reconoce tan claramente, aunque el argumento está muy cerca de lo que constituye la columna vertebral del cine de Gracia Querejeta: las familias desestructuradas en las que acostumbra a falta una madre o un padre, protagonizadas por adolescentes más o menos conflictivos.
En este caso el adolescente es Jon, un chico de catorce años sin padre, rebelde e incontrolado, a quien su madre, cansada de luchar con él y con cierto miedo a aquello en lo que se está convirtiendo (“tenemos una bestia en casa”, llega a decir en un momento) decide enviarlo a vivir con su abuelo, un coronel retirado, un hombre estricto y muy riguroso. En el pequeño pueblo marítimo donde vive el abuelo, Jon se encontrará con dos clases de amigos con los que establece extrañas relaciones: Toni, un chico sensible que toca el piano y le da clases particulares; y Nelson, un chico ecuatoriano agresivo y violento. El conflicto está servido.
Maribel Verdú, que trabaja por segunda vez con Gracia Querejeta después de 'Siete mesas de billar francés', asume el rol más complicado de este historia, la madre perdida que no sabe qué hacer con su hijo; Tito Valverde da vida a Max, el abuelo que aprende dolorosamente que la vida no se rige sólo por normas estrictas y toques de diana. Pero todo el peso de la película cae sobre los hombres de Arón Piper, un joven actor descubierto por Gracia en el corto 'Fracaso escolar'.