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De Roma con amor

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Time Out dice

Puede que la distancia física entre París y Roma sea de unos 700 kilómetros; sin embargo, según Woody Allen, la distancia creativa entre ambas capitales es mucho más relativa. Hace un año se estrenó Midnight in Paris, una película que reivindicó su genio como escritor de cine no sólo para nuevas generaciones, sino para aquellos que criticaban a su travesía europea como petulante y caprichosa. El director neoyorquino demostró lo contrario, al presentar un guión basado en un sentido del humor pretencioso y alusiones artísticas llenas de ingenio y corazón. Su nueva obra tiene este par de elementos como estandarte narrativo, pero carece de una historia sólida que la vuelva memorable.

To Rome With Love es una cinta inspirada en el Decamerón de Giovanni Boccaccio, en la cual Allen presenta cuatro episodios desarrollados en la ciudad italiana, cuyo hilo conductor son sentimientos cruzados y antagonistas: amor-desamor, placer-culpa y fama-anonimato. A diferencia de otras cintas donde el espacio geográfico servía como leitmotif (las calles de Manhattan filmadas en blanco y negro proyectaban la desazón amorosa de los personajes; Barcelona era una protagonista muda que observaba y alimentaba un triángulo amoroso; y la belle epoque de París sirvió como inspiración para desarrollar un homenaje nostálgico), en esta película, Roma es una simple excusa para retratar las plazuelas y callejones como imágenes de una tarjeta postal.

Sin embargo, esto no es una falla, ni tampoco una virtud del largometraje: simplemente es muestra de que estas viñetas están sustentadas en tópicos universales, en lugar de obsesiones idiosincráticas o anécdotas limitadas a un espacio geográfico. La primera de estas historias tiene de protagonistas al mismo Allen (quien no actuaba desde Scoop, de 2006), como un productor musical retirado, quien se jacta de que alguna vez los críticos lo llamaron “un adelantado a su tiempo”. Junto con su esposa, una psicóloga que siempre encuentra referencias freudianas, visitan Roma para conocer al prometido de su hija. Después de varios diálogos cargados de la típica neurosis alleniana, se desarrolla la temática central del episodio: el padre del novio es un Caruso en potencia. Allen, decidido a volver a trabajar y retrasar su muerte, pretende convertirlo en la estrella más popular de la ópera… aunque hay un problema: este hombre sólo puede cantar bajo ciertas circunstancias. Al culminar esta historia, no se podrá ver  ni escuchar Pagliacci, de la misma forma.

Este tipo de comedia, mezcla de screwball y referencias pop (y que recuerda a trabajos como Bananas o The Sleeper), sustenta otros dos capítulos de la película. El primero es sobre un joven matrimonio de provincia que al llegar a Roma se deja consumir por la tentación: él, por una atractiva prostituta (Penélope Cruz, con un atuendo digno de sus días con Bigas Luna o Almodóvar); ella, por su actor favorito. Esta parcialidad, en la cual se ve a la capital italiana como un lugar plagado de placeres mundanos, es una referencia inmediata al neorrealismo —uno de los géneros preferidos del director—, donde el centro del país durante la postguerra era condenado por su pérdida de valores tradicionales. El segundo episodio es protagonizado por Roberto Benigni, un oficinista de poca monta quien de un día a otro se vuelve una celebridad asediado por paparazzos y reporteros. Un tema adecuado y que, de alguna forma, critica esta obsesión por las figuras mediáticas que llegan a la fama inusitadamente.

El último capítulo es el más sólido: Jesse Eisenberg es un joven arquitecto que se enamora de la mejor amiga de su prometida. En el transcurso de esta relación, Alec Baldwin funge como la consciencia de Eisenberg y deliberadamente anticipa todas las tretas y tácticas de coqueteo de esta chica. Woody Allen, quien desde que se alejó de protagonizar sus cintas ha buscado su  döppelganger en un sinfín de actores (Jason Biggs, Owen Wilson, John Cusack), por fin halló al indicado. Con su físico endeble y una mirada tierna y confundida, Eisenberg representa a la mejor versión de Allen durante los años 70 —y no sólo por la obsesión de introducir su camisa dentro de los pantalones—: es verborréico, inseguro y también, por alguna razón, irresistible al sexo opuesto.

En To Rome With Love, Woody Allen sigue las fórmulas de sus anteriores cintas: un esfuerzo estético por retratar los lugares más simbólicos de la “ciudad eterna”, con un guión ecléctico basado en personajes y situaciones irreales. Una cinta dirigida para los parroquianos del director, que deja un buen sabor de boca y el deseo instintivo de comprar un boleto sin escalas a la capital italiana.

Escrito por Josué Corro

Detalles del estreno

  • Valorado:12A
  • Fecha de estreno:viernes 14 septiembre 2012
  • Duración:112 min.

Reparto y equipo

  • Director:Woody Allen
  • Guionista:Woody Allen
  • Reparto:
    • Woody Allen
    • Ellen Page
    • Jesse Eisenberg
    • Penélope Cruz
    • Alec Baldwin
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