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Otra historia de amor que idealiza irremediablemente los suburbios, donde cada noche es una aventura y cada chica bonita un unicornio. La adaptación de John Green añade una pizca de aventura existencial a la actitud de "vivir al día" que caracterizó 'Bajo La misma estrella'. La historia es vista a través de los ojos de Quentin, alumno de secundaria que es demasiado blanco y aburrido a pesar de tratarse de la estrella de su propio cuento de adolescentes. El "milagro" de Quentin, como él la describe en la narración inicial de la película, es Margo (Cara Delevingne), la chica enigmática que vive al otro lado de la calle.
Una noche, Margot se desliza a través de la ventana del dormitorio de Quentin en busca de un compañero de aventuras. Las travesuras de la pareja acaban con una lección de Margo sobre la vida suburbana. A la mañana siguiente, ella desaparece. A partir de ahí, 'Ciudades de papel' es, básicamente, el film 'Perdida' como si John Hughes lo hubiera escrito. Quentin descubre que Margo ha dejado un rastro de migas de pan sobre su ubicación, y alista a sus dos mejores amigos para ayudar a resolver el caso. Por el camino, Quentin obsesionará de forma creciente con la búsqueda de Margo.
Delevingne es la elección perfecta para interpretar a una chica traviesa en una película determinada desmitificar este arquetipo. El guión deja entender que los amigos de Quentin son el verdadero milagro, pero la mezcla conduce el director, Jake Schreier, a tratar como una importante revelación que las mujeres también son personas. Por desgracia, esto es mejor argumento para empezar una película que para acabarla.