Dancer

Con sólo veinte años, Sergei Polunin se convirtió en la primera figura del Royal Ballet londinense. Una posición de gran presión, de la que este bailarín ucraniano de talento extraordinario escapaba a través de la fiesta y las drogas; actitud hedonista que él retrató como una especie de Pete Doherty de la danza. En 'Dancer', Steven Cantor revisa estos años de manera retrospectiva, con un Polunin más sereno y alejado del foco sensacionalista. Como corresponde a todo buen 'millennial', la totalidad de la vida del protagonista está documentada en imágenes, y es este material de archivo el que se articula para formular la pregunta que atormentaba a Polunin durante su meteórico ascenso: ¿qué pasa si no quieres consagrar tu vida a lo que mejor se te da?