Demasiado cerca

Finales de los 90. Ilana y su familia forman parte de la comunidad judía de un pequeño pueblo del suroeste ruso. Un día, reciben una nota: David, el hermano pequeño de Ilana, ha sido secuestrado. Sin el capital suficiente para hacer frente al rescate, la familia intenta encontrar otras maneras de conseguir el dinero. El conflicto en torno al secuestro sirve de marco a una película que profundiza en un tema mucho más complejo: el de la violencia latente que continúa al este del continente.

'Demasiado cerca' comienza con un abrazo, entre Ilana y David, y se termina con un gesto similar. En este sentido, dibuja un trayecto afectivo. En medio, se produce una de las escenas más contundentes del cine reciente: cuando Ilana y unos amigos, afectados por el alcohol, ven en la televisión una terrible masacre. Los chicos miran, como si nada, cómo un hombre muere degollado. La imagen, verídica, extraída del conflicto checheno y con textura de VHS, invita la realidad más cruel a entrar en la ficción. Esta escena funciona como un gran monstruo, que se instala en el centro de una película fascinante por su retrato de la violencia y por su propuesta formal, de planes claustrofóbicos y de colores intensos. Toda una sorpresa, firmada por un director joven, Kantemir Balagov. Su nombre merece ser recordado.