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El estreno de un título tan inofensivo como es 'Dos más dos' se ve ensombrecido por tratarse de una de las últimas películas que distribuirá Alta Classics. Honor (si es que se le puede llamar así) que no encaja demasiado en esta comedia urbana, que transcurre en ambientes de clase alta y presente sacudir su perfil sofisticado rompiendo el tabú de las relaciones abiertas y el intercambio de parejas. Diego Kaplan mantiene el sexo en un fuera de campo permanente, perceptible sólo como tema de conversación recurrente y fuente de comicidad oral, y encuentra su mejor aliado en la perplejidad y resistencia de Adrián Suar a abrirse a nuevos juegos eróticos. Pero la capa de escepticismo que el relato aplica a esta utopía de la libido destapa el conservadorismo (si no moral, sí cinematográfico) del film, que parecía apuntar a las insatisfacciones y normas no escritas de la pareja y se acaba conformando en ser una historia de cuernos.