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Si el Cabesa y el Culebra, los protagonistas de 'El mundo es nuestro' se convirtieron en un hito de la generación 'low cost', Fali y Rafi de 'El mundo es suyo' podrían simbolizar su muerte. Alfonso Sánchez y Alberto López abandonan el chándal por el traje de señorito andaluz y se integran en el seno de la industria con una película de mayor presupuesto, pero afortunadamente no pierden su sello de identidad por el camino, tampoco su desparpajo a la hora de reírse de muchos de los males que asolan a la sociedad del momento. 'El mundo es suyo' es en apariencia tan estúpida como sus personajes, pero en realidad tiene más sustancia de la que parece, porque hay que saber reírse muy bien de nuestras miserias y nadie mejor que ellos para hacer una estupenda comedia social que pasa por películas de cuñaos.