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El anterior film del Iñárritu, 'Birdman', creó el espejismo de un posible encauzamiento del mexicano hacia un cine más ligero. 'El renacido' derrumba toda esperanza. El director de 'Biutiful' sirve un 'western' a medio camino entre el film de supervivencia extrema en la naturaleza y el cine de venganza testosterónico que acaba resultando un plomo de pies a cabeza. Con la complicidad de nuevo de Emmanuel Lubezki en la fotografía, Iñárritu cae, como el peor Terrence Malick, en el 'kitsch' de la trascendencia en un drama que se mueve de lo íntimo a lo universal. DiCaprio intenta parecer intenso en cada plano en su papel de muerte en vida, y se pasa medio metraje arrastrándose superando una prueba tras otra, mientras el gran Tom Hardy se esmera para que su malvado no resulte una caricatura.