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"Todo el mundo sabe que la secuela nunca es tan buena". Esto es lo que cantan nuestros amiguitos tan pronto comienza la película. Sin duda habrán tenido sus problemas para mantener el listón tan alto como en la primera, pero basta con este gag inicial para notar que aquí no falta parodia. Todo ocurre durante una gira internacional de los Muppets, liderada por su nuevo manager, Ricky Gervais, durante la cual Kermit es secuestrado y sustituido por un doble que se le parece bastante, un tal Constantine, que hace sus maldades mientras la pobre rana pasa sus días en un campo de concentración soviético. Esto da paso a una amalgama de chistes hilarantes, grandes números musicales y un sentido de la farsa humorística de alta categoría.