El viaje

Reducir al absurdo de la 'buddy movie' las ásperas negociaciones entre dos animales políticos tan antitéticos como el líder unionista Ian Paisley y el primer ministro de Sein Fenn Martin McGuinness es tan frívolo como imaginar a Mariano Rajoy y Carles Puigdemont haciendo una paella con Bertín Osborne. En la línea de 'The Queen', pero en clave serie B, 'El viaje' hace precisamente eso, frivolizar un trozo de Historia, humanizando la rigidez de las posturas ideológicas que fumaron la pipa de la paz de Irlanda del Norte desde el cliché caricaturesco. Ni los esfuerzos de Timothy Spall, maquillado como un guiñol de 'Spitting Image', ni de Colm Meaney, demasiado melifluo para ser líder del IRA, consiguen que la película sea algo más que un telefilm bien intencionado.