Empatía

Un documental sobre la explotación de los animales por parte de la sociedad se puede hacer de muchas maneras. Ed Antoja ha elegido ponerse en primera persona para explicar cómo y porqué se maltratan. El problema es que el mismo film no acaba de conseguir la empatía que pide respecto a los animales. Es de agradecer que el director no haya caído en el recurso fácil de mostrar imágenes tremendas, de aquellas que Ulrich Seidl seguramente habría usado. Pero el discurso cae en una especie de hagiografía de los veganos sin contrapeso serio. Antoja deja fuera del film las repercusiones que tendría en la economía y en la sociedad el hecho de que todos fueran veganos y no llega a plantear el problema central. Si los necesitamos para vivir, ¿hay que maltratarlos para conseguirlo?