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En el 2004, la HBO estrenó una serie que se llamaba 'Entourage' y contaba la historia del ascenso a la fama de Vincent Chase, una estrella de Hollywood. Con todos sus sueños de grandeza, la trama era como el cuento de la lechera. Esta película retoma el argumento, diez años más tarde, y es una fantasía onanista del ego masculino que es lo peor que le ha pasado al cine de Hollywood desde 'San Andreas'. Como no podía ser de otro modo, el film comienza en las costas de Ibiza, donde Vincent Chase, como una especie de Don Draper lobotomitzado, contempla el desastre de la propia existencia desde la cubierta de un yate. Y allí tiene una idea para una película: el mito de 'Jekyll y Hyde' llevado al mundo de la música electrónica.