Joven y bonita

Con una elegante distancia, sin sentimentalismo, Ozon explora la figura de una adolescente de clase media que decide hacerse prostituta. No hay explicaciones psicologistas, ni sociológicas, ni se trata de llenarlo todo de sexo. Por el contrario, 'Joven y bonita' se plantea como una especie de enigma, un retablo hecho de escenas de la vida burguesa y sus contradicciones. La impenetrabilidad del rostro de la protagonista, una belleza impávida y como de mármol, es también la de la película, que bordea los temas más complejos y resbaladizos sin caer nunca en el tremendismo. Y Ozon aplica su estilo fugaz, oblicuo, lo que podría ser a la vez un comentario puesto al día de 'Vivir su vida', de Godard.