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No es que los Dardenne hayan abandonado su tema preferido –la responsabilidad moral del individuo en una sociedad que parece haber olvidado sus compromisos éticos–, sino que han decidido darle el aspecto de un thriller procedimental.
En este sentido, la Marion Cotillard de 'Dos días', una noche avanzaba las pesquisas de esta detective con bata blanca y estetoscopio colgando que intenta redimir su (mala) conciencia buscando la identidad de una mujer sin nombre para darle digna sepultura.
El resultado, que habla de esta Europa anestesiada a punto de convertirse en cliché, es menos verosímil de lo habitual, tal vez porque los cineastas belgas no han sabido ajustar del todo sus intereses a las leyes del cine de género del film noir.