La desaparición de Eleanor Rigby

Acostumbrados a ver relatos de enamoramiento, el punto de partida de 'La desaparición de Eleanor Rigby' puede resultar atractivo. Conor y Eleanor se han amado locamente, pero el deslumbramiento de los comienzos ha desaparecido, Eleanor ha dejado el apartamento que compartían y, deprimida, ha vuelto a casa de sus padres. Al principio tenía que ser un díptico: primero, según el punto de vista de ella, y después, según el de él. La cosa ha quedado en un film de dos horas que narra la trayectoria de la pareja en dos tiempos –el presente del desamor y el pasado de los días felices–. Benson intenta adentrarse en el dramatismo rotundo y lo hace siempre desde el autocontrol. Por eso, queda la sensación de una cierta pulcritud, como si el dolor por el desamor fuera limpio y ordenado.