[title]
Hace 50 años que Sidney Lumet llevó al cine la obra maestra de Anton Chéjov, con las increíbles interpretaciones de James Mason y David Warner, deslucidas por una lectura poco original del texto. Para una pieza que en parte habla de la calcificación de las formas del drama, tira atrás el hecho de que el guionista Stephen Karam y el director Michael Mayer vuelvan a llevar a cabo una adaptación totalmente fiel al original. Sin embargo, Mayer parece tan preocupado por si la puesta en escena resulta demasiado teatral que la cámara no deja de moverse, quizás imitando el vuelo circular de un pájaro marino. Y eso molesta sobre todo cuando oímos hablar a dos actrices del calibre de Annette Bening y Saoirse Ronan. El resto del casting es irregular. Elisabeth Moss, que normalmente es brillante, se enfrenta al papel de una manera bidimensional. En cambio, el joven Billy Howle (lo hemos visto recientemente en el remake de la BBC de 'Testigo de cargo') deja una buena marca como Konstantin. Dicho esto, si quien la vaya a ver sabe poco del teatro de Chéjov, puede ser una excelente manera de introducirse en su universo