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Después de la tímida 'Pas a nivell', el segundo largo de Pere Vila representa un osado paso hacia adelante en su filmografía. Rodado en francés y con el mítico Lou Castel como protagonista, 'La lapidation de St.. Etienne' es una especie de metáfora sobre la vejez y la soledad, pero sobre todo un estudio claustrofóbico entorno de la relación de un hombre que se va y unos espacios que se quedan. Sin duda, lo mejor de la película se encuentra en estos momentos, cuando Etienne lucha con los objetos, los rincones de la casa, incluso los fantasmas de su vida. La interacción del personaje con los secundarios que invaden su mundo interior (¿reales o no?) resulta más dubitativa, pero consigue extraer una fuerza inusitada de muy pocos elementos. Elegía minimalista sobre la proximidad de la muerte, oratorio épico sobre la creación de un universo alucinado a partir de la cotidianidad más arisca, esta película es intensa y emotiva. Cine de verdad.