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Tan ambicioso como irregular, este 'period drama' ambientado en la Primera Guerra Mundial aterriza en la cartelera con el noble propósito de hacer revisionismo histórico sobre el genocidio armenio, todavía hoy un asunto pendiente. Los datos son escalofriantes. Más de un millón y medio de personas murieron a manos del Imperio otomano. Terry George, director y coguionista de la cinta, contribuye a educar la conciencia colectiva, reconstruyendo este museo del terror –asedios sangrientos, opresión violenta, exterminio de masas– a través del relato de un triángulo amoroso. La acción se extiende entre 1914 y 1915, y pasa por diferentes escenarios: del bosque y la montaña a las calles de Constantinopla.
La película comienza en tiempos de paz. Oscar Isaac encarna, eficaz y resolutivo, el papel de Mikael, un armenio que llega a la ciudad para estudiar medicina. Aunque ya está comprometido, y sus planes son casarse en cuanto vuelva a casa, su nueva amistad con Ana (Charlotte Le Bon), una bailarina de la capital, complicará un poco las cosas. Por si fuera poco, ella tiene una relación con Chris (Christian Bale, más chulo que de costumbre), un corresponsal americano. Cuando la guerra estalla, los tres se verán abocados a una situación de peligro.
No deja de ser un folleto bien ejecutado, aunque pasado de moda. La atmósfera está impregnada del tono épico de una película bíblica, y las escenas más sentimentales están resueltas con trampas manipuladoras. Pero el diseño de producción es virtuoso. 'La promesa' cuenta con una dirección de fotografía de lo más atractiva, y el trabajo de localización nos lleva a aldeas insólitas. La tragedia bélica es mucho más impactante que lo que les pasa a los personajes, y la recreación de época está a la altura de las expectativas.