[title]
En 1998, cuando el Oscar de 'Belle époque' aún le daba vueltas rutilantes en el centro de la única retina, Fernando Trueba estrenó otra comedia pícara, un sueño de nostálgico de la vieja guardia republicana, de copla y gramola. Se llamó 'La niña de tus ojos', y se basaba en la historia del rodaje de 'Carmen, la de Triana', ambientado en los tiempos de los mitos del cine ibérico, del rímel en las pestañas y los claveles en la oreja, de Estrellita Castro y Imperio Argentina. Ahora, Trueba recupera la misma tropa de actores y hace una secuela que tiene lugar en la década de los 50, la época en que todos deseaban ser el hombre por quien fumaba la Montiel, mientras una remesa de prisioneros de guerra con el espalda torcida levantaba la cruz del Valle de los Caídos, cargando piedra sobre piedra.
El resultado parece una mezcla entre los cómics de Víctor Mora y las páginas de una fotonovela rosa y desgastada. Y eso es lo que la hace tan simpática. Vale la pena, aunque sólo sea por meter las narices en un set histórico, con telones partidos, paisajes pintados al óleo y mucho cartón piedra. O por el placer de ver a Penélope Cruz comiéndose un plato de lentejas con chorizo como si no hubiera mañana, y un cameo de Carlos Areces embutido en el uniforme color caca de Franco, con una vocecita de pájaro cantante que hace sospechar.