La última canción

Las 'viudas del rock' son figuras problemáticas, vistas con recelo por el público y enfrentadas a la carga de proteger, o explotar, el legado de los astros difuntos. No parecen el tipo de personaje ideal para protagonizar una comedia romántica. Pero 'La última canción' consigue el milagro, emparejando la mujer de un cantautor que, después de grabar un disco de culto, murió en extrañas circunstancias (una presencia intangible, cuya voz pertenece a Damien Jurado), con un profesor universitario que quiere escribir un ensayo sobre su marido. Rebecca Hall y Jason Sudeikis se relacionan en pantalla con rivalidad cómplice, representando el luto antagónico de quien estimó la persona y que sólo puede admirar y especular sobre la personalidad real detrás la obra, y la película no pierde pie en su voluntad de definir un sentimiento de pérdida desde el humor melancólico.