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Atreverse a roer el tuétano de un músico tan escurridizo como Miles Davis sin caer en la fórmula del 'biopic' en uso no es una tarea fácil. Y menos para un director novel que decide ponerse delante de la cámara en una interpretación tan afinada como osados eran los cambios de rumbo en la carrera del famoso y politoxicómano trompetista. Los que esperen un recorrido completo de los diferentes periodos musicales de Davis saldrán totalmente decepcionados, porque el cineasta Don Cheadle prefiere fijarse en un momento de decadencia –los adictos 70– para explicar, con suaves transiciones en el pasado, el porqué de tanta turbulencia. Como la música de Davis, 'Miles ahead' se resiste a las etiquetas, y a pesar de que algunos de los accesos que toma son discutibles –en especial, los que la convierten en un 'thriller' de robos y persecuciones–, es una película estimulante.