París-Manhattan

Woody Allen quizás sea el cineasta vivo que más ha hablado de la importancia de los mitos en nuestras vidas, desde 'Sueños de un seductor' (1972) hasta 'Medianoche en París' (2011). Y este primer largo de Sophie Lellouche quisiera indagar en la cuestión mediante una comedia que se pregunta, a través de los diferentes miembros de una familia, cómo transformar el ideal amoroso en realidad. La hija pequeña (obsesionada con los films de Allen), su hermana (en apariencia felizmente casada hace tiempo), los padres de ambas (divertidos y peculiares) y los diferentes pretendientes son en realidad almas perdidas en eterna búsqueda de la estabilidad. Pues bien, Lellouche cita obsesivamente Allen hasta que el personaje se manifiesta, pero su (escasa) inspiración procede más bien de una mezcla descarada entre el vodevil francés y la nueva comedia romántica de Hollywood.