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Exceptuando 'Los asesinos de la luna de miel', los anuncios de contactos todavía no han servido para parir ninguna obra maestra digna de mención. Quizás porque son carne de comedia romántica, un género al que le cuesta levantarse con el pie izquierdo y dejarnos boquiabiertos. Hay que agradecer, pues, que Derek Connolly, ex becario del ‘Saturday night live', se fijara en una petición de auxilio que se convirtió en fenómeno viral gracias a su natural, ingenua excentricidad. 'Seguridad no garantizada' se pregunta quién es capaz de publicar un anuncio serio pidiendo pareja para emprender un viaje en el tiempo. La respuesta obvia sería un loco. La menos obvia, un corazón solitario.
El principal interés del film es que, durante buena parte del metraje, no sabes por donde irá. Y mientras consigue que dos personas traumatizadas se enamoren (¿una versión de 'La parte positiva de las cosas' en clave ciencia ficción lo-fi?), que su improbable historia de amor parezca auténtica y que, en un arrebato melancólico, el que parecía el malo -el periodista cínico y machista que lleva dos becarios para investigar quién es este HG Wells de poca monta- también demuestre que tiene una herida del pasado para curar. Eso sí, la filiación con la poética del 'mumblecore' -el protagonista es Mark Duplass, uno de los líderes más visibles de este movimiento indie- nos hace esperar una película más cruda, con menos corrección televisiva en sus formas, y el giro final es discutible, porque no acabas de saber si quiere adaptarse a la dictadura del happy end o si quiere dejar con dos palmos de narices a todos los que creían que el debutante Colin Trevorrow se atrevería a volar sin cinturón de seguridad.