Sister

Con tan sólo dos películas, la francesa Ursula Meier ha demostrado una sensibilidad muy especial a la hora de acercarse a sus personajes y, sobre todo, de situarlos en un espacio físico concreto. En ‘Home, ¿dulce hogar?’ la familia protagonista estaba condicionada por los cambios estructurales de su casa, en ‘Sister’ se establece desde el principio una diferencia entre dos niveles de altura.

Arriba, donde está la estación de esquí reservada a las clases acomodadas, lugar para el ocio elitista, y abajo, donde viven los dos personajes principales, una joven y su hermano pequeño, en un ambiente hostil sin encanto, donde se respira la terrible realidad, alejada del espejismo de la opulencia. Dos seres expulsados ​​del paraíso, dos desclasados ​​que viven al margen de un sistema que sólo les ofrece las sobras. Miseria social y desconsuelo moral que la directora va radiografiando a través de la mirada inquisitiva del pequeño Simon, que debe aprender a la fuerza a valerse por sí mismo.

Ambos hermanos de alguna manera intentan acceder a este mundo que les ha vetado la entrada. Simon, adosándose en una familia para observar de cerca ese amor maternal que nunca ha sentido, y Louise (Lea Seydoux ), descargando su rabia a través de la bebida y el sexo. Ambos sueñan vidas mejores, pero finalmente están obligados a bajar a sus particulares infiernos. La directora va componiendo, de manera tan sutil como dolorosa, la relación entre ambos, de amor-odio, en la que se subvierten los papeles y Simon acaba siendo el único responsable del pequeño núcleo familiar, mientras que Louise se muestra incapaz de evolucionar.

Pero si por algo destaca ‘Sister’ es por el memorable retrato infantil que compone. Uno de los más tristes y desoladores del cine reciente, y que contiene imágenes de un sentimiento de soledad y orfandad realmente estremecedoras. Una mirada durísima al universo de la infancia herida, al desgarro que provoca la indefensión de un niño que tiene que crecer sin referentes y rápido. Delincuencia juvenil, robo y trapicheo de material en este paraje ostentoso donde todo el mundo parece feliz. Nada que ver con el apartamento donde ellos viven, mal iluminado (atención a la fotografía de Agnès Godard), donde se puede sentir el frío entrando por las rendijas. Naturalismo filmado con mucha delicadeza y capacidad de observación de los pequeños detalles.