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"No pensaba que tendría que salvar al mundo este verano", comenta un Peter Parker (Tom Holland) casi aterrado cerca del cartel de 'Spider-Man: Lejos de casa'. La película es irreverente y, en general, muy divertida. Un estallido de la canción de Whitney Houston 'I will always love you' y un montaje cursi de superhéroes caídos nos llevan a un nuevo mundo post-Vengadores. Mientras tanto, Peter, que se describe a sí mismo como "un chico de 16 años de Queens", espera poder revelar sus sentimientos a MJ (Zendaya) durante un viaje por Europa con la escuela. Como 'Lejos de casa' se centra en este diario de viaje, gran parte del cual se ha grabado en Europa, te quedas con las ganas de que sea una película para adolescentes, donde hay un mejor amigo muy nervioso (Jacob Batalon), un maestro neurótico (Martin Starr) y un contrincante guapo y romántico que se llama Brad (Remy Hii) y que quiere conquistar el corazón de MJ.
El director Jon Watts repite muchos de los rasgos de 'Spider-Man: Homecoming', con un grado de éxito aproximadamente igual. Vuelve a salir una canción de los Ramones en la banda sonora y otra chica parlanchina con quien Peter deberá congeniar. Watts espera llevar el elastán lo menos ajustado posible: cuando Jake Gyllenhaal aparece como Mysterio con su casco en forma de pecera y una capa, se entiende que todo esto es puro chiste.