El bar de la familia responsable de un clásico como Hevia es, como ellos mismos promulgar y certifican, un bar con mayúsculas, como los de toda la vida, en el que brillan las tapas, las raciones a compartir en un cuidado entorno sin excesos y, como no, los desayunos. Una completa carta abre cada día las puertas con churros y porras, bizcochos caseros, cruasanes y hasta diez alternativas con pan. ¿Imprescindible? Un picho de tortilla por el que volver y volver y un mixto con huevo que quita el sentido.
¡Despierta! Es lunes (o martes, o miércoles) y el cuerpo lo sabe pero no por ser un día de entre semana quiere negarse el gusto de un buen café con un buen desayuno. Hay que trabajar, sí, y precisamente por eso hoy te mereces un pequeño capricho que no es ni un brunch de día festivo ni un café de especialidad para llevar. Es, simplemente, uno de los mejores desayunos de Madrid con los que cualquier jornada arranca de otra manera.
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