[title]
Los fantasmas de la plaza de Tiananmen reviven en este fascinante documental de Alison Klayman entorno al artista chino y activista Ai Weiwei, que se ha convertido en un incómodo símbolo de la lucha por la democracia en China. Creador multidisciplinar, el Ai Weiwei que nos muestra Klayman es la voz no silenciada de cientos de miles de personas anónimas que han sufrido represalias y claman justicia: los ejecutados por el régimen acusados de traición y los que permanecen encerrados en centros de reeducación. Ay aparece como un personaje misterioso, opaco, un poco egocéntrico, pero absolutamente heroico. Todo fluye con una insolente naturalidad, como en esta fotografía que muestra el dedo corazón dell artista, extendido sobre la plaza de Tiananmen y otros lugares emblemáticos de la China oficial; lugares bañados con la sangre de los disidentes.