[title]
Ya sea en el cine o en una serie, los guiones de Aaron Sorkin tienen tanto peso sobre la imagen y son tan contundentes, que se hace difícil no atribuirle la autoría total del producto final. Por eso cuesta creer que nunca antes haya dirigido una película. Hasta ahora: Molly's game es su debut en la dirección, y explica una historia real de ascenso y caída en el mundo del póquer. Jessica Chastain interpreta una esquiadora olímpica que tiene un accidente que frena en seco su carrera. Después de la recuperación, decide abandonar sus planes de estudiar Derecho y se traslada a Los Angeles, donde conoce un hombre de negocios que la introduce en los submundos del juego y las apuestas. Enseguida demuestra grandes habilidades y prospera, hasta que se acaba mezclando con el crimen organizado. El día en que el FBI registra su casa, contrata a Charlie Jaffrey (Idris Elba), un abogado de Nueva York que llevará a cabo su defensa.
A pesar de que a primer vistazo se podría interpretar como una historia de padre e hija –algo habitual en el universo de Sorkin, que ya sacaba la nariz en Jobs–, lo que más destaca de Molly’s game es su ritmo prodigioso. La narración está dividida en tres tiempos, separados por elipsis afiladas, que dejan con la boca abierta. Así se construye un personaje femenino complejo y desafiando, en un mundo dominado por los hombres.