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Pocos artefactos atrapado el público infantil con tanta garra como lo hizo 'Mighty Morphin Power Rangers' en los años 90, la era en que la acción real ganaba la partida a la animación. Tras conquistar la televisión, después de que se fabricaran una pila de muñecos articulados, esta mitología forma parte de las vidas de una generación de niños que ahora, convertidos en adultos, deben prepararse para el renacimiento de la franquicia.
Ambientada en los inframundos de un suburbio imaginario de California, la historia recupera las peripecias de un grupo de adolescentes vestidos de chicle que han sido elegidos para defender el planeta de la malvada Rita Repulsa. La película sabe jugar sus cartas, apela a la nostalgia de la acción, al tiempo que el guión maniobra hacia la psicología del equipo: la idea es demostrar que, como todo el mundo, los héroes de esta aventura también son imperfectos, y aún así el futuro del mundo se encuentra en sus manos. Lo mejor de todo es la subversiva implicación de un actor como Bryan Cranston (Walter White en 'Breaking Bad') en el papel de mentor de la banda, de cerebro de la operación.