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La idea de un lago

  • Cine
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La idea de un lago
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

Es el retrato de una mujer embarazada, construido a través de sus recuerdos.

Todos los veranos de la infancia se superponen en la memoria y toman la forma de un único verano eterno. 'La idea de un lago' es el retrato de una mujer, en un plano medio que nos deja ver una camiseta tensa por la panza de un embarazo que ya no pasa desapercibido. De repente, aparecen los recuerdos. Sus ojos se transforman en un Renault verde loro que huye en el horizonte, y vemos una niña que se hace sangre a los dedos con los pinchos de una rosa para pintar rayas rojas en las mejillas de un niño vestido de indio, con una corona de plumas.

Como ya hizo en 'Abrir puertas y ventanas', Milagros Mumenthaler busca indicios de aquel pasado que se esconde en lo más profundo de las arrugas de los rostros del presente. Las imágenes del paraíso perdido se confunden, de repente, con una arqueología silenciosa: la exhumación de los cadáveres de la dictadura argentina, el centro donde los familiares de los desaparecidos van a dejar muestras de ADN para facilitar el reconocimiento de los cuerpos.

El relato en primera persona toma una nueva dimensión. La memoria abarca el personaje por la espalda, y no lo suelta. Así se construye una telaraña que mezcla el romance juvenil y la trágica ausencia de un padre engullido por la historia, la voz de Neil Diamond haciéndonos felices con 'Weeping like a willow' y los poemas de Lorca transformados en una nana en boca de un fantasma que quiere dormir un bebé.

El tiempo reencontrado es único e inmenso, como el rayo de sol perdido que se filtra entre las lentes de la cámara y se convierte en un hilo dorado que viene del infinito. En definitiva, es una película magnífica.

Escrito por
Josep Lambies
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