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Florian Schneider, cofundador de la banda alemana Kraftwerk y su principal cerebro creativo, ha fallecido a los 73 años a causa de un cáncer. Nos deja uno de los grandes pioneros de la música electrónica, creador de imágenes icónicas como los conciertos protagonizados por robots y autor de algunas de las melodías más emblemáticas de las últimas décadas. Una banda que debería ser referencia para todo aquel que haya disfrutado alguna vez de la música creada por máquinas, y una influencia básica para géneros como el techno, el house, el dance e incluso el hip hop: todos ellos le deben buena parte de su existencia a la banda alemana.
En el lejano 1968, nadie (o prácticamente nadie) conocía la música electrónica. Aquel verano, mientras el mundo bailaba al ritmo de la psicodelia y el rock y el movimiento hippie se encontraba en su máximo apogeo, dos jóvenes alemanes, Ralf Hütter y Florian Schneider, coincidían en una clase de improvisación en Düsseldorf. Juntos decidieron formar un proyecto musical en el que dar rienda suelta a sus insólitos gustos musicales. Se ponía así la primera piedra de una banda que sería mucho más que eso. Dos años después, tras una primera incursión discográfica bajo el nombre de Organisation, nacía Kraftwerk.
Tras cuatro primeros álbumes instrumentales firmados por Hütter y Schneider, la banda se convirtió en cuarteto y publicó el inolvidable 'Autobahn' (1974), un disco dedicado a las autopistas que les llevó a lo más alto de las listas de medio mundo. Tras él llegaron los igualmente exitosos 'Radio-Activity' (1975), 'Trans-Europe Express' (1977), 'The Man-Machine' (1978) y 'Computer world' (1981), que terminaron de confirmarlos como una banda fundamental para entender la música tal y como la conocemos hoy en día.
