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Esta semana, el Ayuntamiento de Madrid ha instalado una nueva estatua al principio la plaza del Conde del Valle de Súchil, en pleno barrio de Chamberí. Se trata de una obra realista, firmada por el escultor Salvador Amaya, en la que se ve a un soldado con una pistola en mano, que representa a los caídos de Baler, a quienes la cultura popular ha inmortalizado como los últimos de Filipinas.
Su historia se remonta al 1898. Fueron los soldados del último destacamento militar español en la colonia, que durante 337 permanecieron asediados por los filipinos insurrectos en la iglesia de un pueblo de la isla de Luzón. Más de 120 años después, el Ayuntamiento ha hecho construir un monumento que recuerde su gesta en el espacio público de la capital.
Al acto de inauguración acudieron la plana mayor del ejército, acompañando al alcalde, José Luis Martínez Almeida, que hizo la siguiente declaración: "Parte de esa historia la forman las gestas y logros de nuestras fuerzas armadas, de las que tan orgullosos debemos sentirnos". Seguro que si os acercáis a la zona de San Bernardo no os pasará desapercibido.