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No queda mucho para que los de la productora LETSGO se hagan los amos de la noche madrileña. Dos años atrás inauguraron Medias Puri en los bajos del Teatro Nuevo Apolo, en Tirso de Molina, con esa escalera de entrada gobernada por un tropel de piernas de maniquí iridiscentes. En septiembre de 2018 fue Uñas Chung Lee, en Moncloa, un club decorado con colores flúor con coreografías de inspiración oriental y un toque cibernético que ha hecho de lo hortera virtud. Hace algunos meses anunciaron que abrirían un tercer local y así será. El 19 de septiembre, Tacones Manoli aterriza en la ciudad con aires buñuelescos. “Lo que proponemos esta vez es distinto –nos cuenta Iñaki Fernández, director creativo–. Será un espectáculo inmersivo con un toque muy 'voyeur' que el espectador tendrá que ir descubriendo, en un espacio muy singular”.
Su emplazamiento, que durante mucho tiempo ha sido un misterio, ya se puede revelar: Tacones Manoli estará situado en un palacio de tres plantas del centro que fue la antigua bolsa de la ciudad. “No queremos estropear muchas sorpresas, porque lo importante es que se corra la voz, que la gente vaya y diga que esto es la hostia –sigue Iñaki–. Pero puedo decirte que está inspirado en el mundo del flamenco y los personajes bizarros de 'La casa de Bernarda Alba'. Al entrar, daremos a algunos de los asistentes linternas para que puedan moverse en la oscuridad y también máscaras en la línea de 'Eyes wide shut'”. De momento, hemos visto un vídeo promocional muy artístico en el que aparece una mujer con peineta y muchas alhajas clavando la mandíbula en una pata de jamón y a un gitano medio desnudo, con arnés en el pecho, comiendo un tentáculo de pulpo.
Cuenta Iñaki que han tomado como referente experiencias de teatro inmersivo como 'Sleep no more', que ha tenido un éxito demoledor en Nueva York. “Recomendamos a la gente que se separe de sus grupos y que recorra el edificio a su libre albedrío. Habrá entre ocho y diez actuaciones simultáneas en distintos espacios. Incluso hay un momento en el que entras en la cocina y acabas comiendo con los artistas, que siguen actuando para ti”. Las coreografías son, como en los anteriores proyectos de LETSGO, de Manuel Liñán. El vestuario y la escenografía llevan la firma de Felype de Lima y prometen ser alucinantes. Porque esta gente lo piensa todo a lo grande. Ya están maquinando con qué nos impresionarán el año que viene. “Tenemos en mente un tema que será una pasada, una mezcla de restauración, noche y hotel, una cosa muy divertida, pero por ahora no te puedo contar nada más”, nos tienta Iñaki, con sorna. Qué intriga.