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Queda muy poquito para que el 'All I want for Christmas' de Mariah Carey empiece a sonar en los supermercados. En pocas semanas, habrá un abeto gigante plantado en la Puerta del Sol, en Callao y en la plaza Mayor. La Navidad está a la vuelta de la esquina y las pastelerías se preparan para llenar sus escaparates de mazapán, turrón y polvorones. Como cada año, Madrid vestirá sus calles con luces de colores. El Ayuntamiento ha confirmado que el encendido inicial tendrá lugar el viernes 22 de noviembre.
Desde el Ayuntamiento advierten de que el gasto en decoración navideña aumentará este año en un 27,7 %, por la incorporación de nuevos espacios iluminados en el centro de la ciudad, como la calle Atocha y la plaza de Canalejas, y por los nuevos diseños que presentarán la calle Mayor, la calle Montera y la calle de San Jerónimo. A finales de noviembre se pondrán en marcha los tours del autobús Naviluz, que cada año recorre los rincones más mágicos del alumbrado navideño.
Una de las novedades más vistosas de este año es la gran bola de Navidad 3D que han situado en la confluencia de la calle Alcalá con Gran Vía. Tiene 12 metros de diámetro y un peso de 6,96 toneladas, está integrada por un total de 43.000 ledes tipo 'pixel mapping' que se programan para conseguir efectos de movimiento. No pasa desapercibida. Igual que los cinco belenes repartidos por la ciudad, que decoran monumentos como la Puerta de Alcalá y la Puerta de Toledo.
La Gran Vía volverá a lucir un cielo lleno de estrellas azules, entre las que flotarán algunos gatos juguetones, símbolo de los madrileños. La calle Velázquez volverá a levantar sus arcos luminosos. No faltarán los cerezos en flor de Matadero y la Glorieta de Carlos V, que este año se podrán ver también en espacios como la plaza de Alonso Martínez y glorieta de Quevedo. Además, el Real Jardín Botánico presentará una instalación que parece salida de un cuento de hadas. Será la peor pesadilla del Grinch