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Apenas queda una semana para que termine la Navidad 2019. Y si hay alguien que lo va a lamentar más que la báscula cuando llegue el 7 de enero son los abetos navideños. Esos arbolitos que estos días todavía adornan las casas, soportan guirnaldas de lucecitas intermitentes y algún que otro tropiezo, dejarán de ser el centro de atención para convertirse en un estorbo más. Una verdad tan cierta como que los abetos (naturales) no son árboles que puedan vivir en un interior sin tomar los cuidados y precauciones necesarias.
La solución la ha puesto en marcha el Ayuntamiento, que a partir del 7 de enero comenzará una campaña de recogida. Hasta el 31 de enero, quienes lo deseen podrán entregar sus ejemplares a dos viveros de la ciudad que se encargarán de devolverlos a su entorno natural, pero con unas condiciones: deben estar vivos y con el cepellón cohesionado y húmedo. Se admitirán aquellos que hayan perdido algo de hoja, pero ninguno que tenga ramas cortadas, estén secos o con el cepellón deshecho o sin raíces, porque en ese estado será imposible su recuperación.
Vivero Estufas del Retiro (situado en la puerta del parque en la calle Alfonso XII, frente a la Cuesta de Moyano) y Vivero Casa de Campo (acceso por la entrada de Puerta del Ángel, detrás de la Casa Palacio Felipe II) son los dos centros encargados de adoptar odos los ejemplares que cumplan con estos requisitos, con el compromiso de cuidarlos y replantarlos por los jardineros municipales.
Hasta entonces, lo mejor será alejarlos de las fuentes de calor, humedecer el cepellón con un par de vasos de agua a la semana y (si no se tiene mano para las plantas) cruzar los dedos para que aguanten hasta el 7 de enero en un estado más que digno.