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Motivos no le faltan. A lo largo de todo su recorrido, el llamado Paisaje de la Luz acumula una serie de museos únicos en el mundo. El Prado, el Thyssen-Bornemisza, el Reina Sofía, el Caixafórum, el Museo Naval, la Casa de América, el Museo Nacional de Artes Decorativas o el Museo Nacional de Antropología.
Pero hay mucho más. Esta zona de Madrid también cuenta con una serie de puntos de interés indudable, como el Real Jardín Botánico, el Ayuntamiento de Madrid, la Cibeles, Neptuno, la Puerta de Alcalá, el Banco de España, el Congreso de los Diputados, el Real Observatorio Astronómico, la Real Academia Española de la Lengua, la Iglesia de los Jerónimos, varios ministerios, la bolsa, o los hoteles Palace y Ritz.
Por todo ello, el Paisaje de la Luz es candidato a Patrimonio Mundial por la Unesco. Una decisión, la de entrar a formar parte de esta lista, que el organismo tomará este fin de semana. Concretamente, entre el sábado y el domingo.
De entre lo más característico de toda esta zona, la singularidad de uno de los primeros paseos arbolados de Europa diseñados para el disfrute de los ciudadanos. De hecho, alamedas como las que desde hace más de 400 años lucen en capitales latinoamericanas como Lima o Ciudad de México se inspiraron en el Paseo del Prado.
Fue en el s. XV cuando los madrileños empezaron a usarlo como lugar de esparcimiento. Felipe II se encargó de acondicionarlo y embellecerlo con árboles y fuentes, aunque sería después, durante el periodo ilustrado, cuando Carlos III llevase a cabo una profunda intervención urbanística en la zona que la convertiría en modelo para otras ciudades del mundo.
Otro de los puntos fuertes del Paisaje de la Luz son sus jardines. Del total de 190 hectáreas de superficie, el 75% son espacios verdes. Un factor que, sin duda, también debería ser tenido en cuenta por la Unesco.
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