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La Mallorquina, negocio familiar y centenario, demuestra que goza de buena salud y que ha superado con creces los peores embates de la pandemia. Abrieron en 1894 en la Puerta del Sol pero se les ve tan enérgicos como el primer día. No habían salido en más de un siglo de su céntrica ubicación pero parece que le han cogido el gusto.
De hecho, tras la flamante apertura en el barrio de Salamanca (y la más funcional del Rastro), el sello de la mítica confitería, que ha mantenido la tradición pero también ha sumado nuevos dulces y más recetas saladas, ya se puede ver como "próxima apertura" tanto en la popular glorieta de Quevedo (un gran esquinazo junto a la boca de metro) como en Centro Comercial Moraleja Green en Alcobendas (hasta les han dado los números para probar suerte fuera de la capital), punto de encuentro de muchos vecinos de la urbanización de lujo junto a la A-1. Aún no sabemos cómo levantarán el telón de estos dos nuevos locales pero la cosa está al caer. Estaremos atentos.
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