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En la sala Andrea D’Odorico del Teatro Español se han reunido casi 30 maquetas que son al mismo tiempo resumen más de un siglo de la institución y tesoro escenográfico, un homenaje a los artistas, a los artesanos, una reverencia a su destreza, a su delicadeza, a su trazo, a su mano. La muestra, comisariada por Natalia Menéndez y con la dirección artística de Alfonso Barajas, se enmarca dentro del programa De la mano, creado para ensalzar y difundir entre el gran público el valor de la artesanía teatral, así como para profundizar en su estudio.
La exposición se podrá visitar hasta el 4 de abril y la entrada es gratuita (de martes a domingo de 11 a 18 horas). A este compendio de minucioso trabajo, que invita a descubrir los entresijos de la creación escenográfica desde el siglo XIX a la actualidad, se suma la maqueta de la sala principal del propio teatro, realizada por el equipo de utileros a lo largo de dos años.
Siendo la de Don Juan Tenorio, realizada por Amalio Fernández en 1890 la más antigua, en la selección se encuentran maquetas de importantes producciones teatrales como el Fuenteovejuna con escenografía de Sigfrido Burmann, dirigido por Cayetano Luca de Tena en 1944; el célebre Marat-Sade de Adolfo Marsillach de 1968, cuyo diseño de escenografía corrió a cargo de Francisco Nieva; Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, que inauguró las Naves del Español en 2007, diseñada por Jean-Guy Lecat; El alcalde de Zalamea, creada por Gil Parrondo en 2003; o la maqueta de Elisa Sanz para Una luna para los desdichados, que dirigió John Strasberg en 2012, entre otras muchas
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