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Los responsables de Grosso Napoletano se fueron a ver al arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osorno, para que les bendijera varios litros de agua. De esta manera la compañía entrelazaba la vinculación de san Isidro con el agua (se le atribuyen más de 400 milagros, muchos de ellos relacionados con el agua) con su vinculación empresarial con la capital, que tan bien les ha acogido (siete establecimientos han abierto ya desde su aparición en el panorama capitalino). No habrá chotis en la pradera pero habrá pizzas consagradas en la mesa del salón. Desde este viernes y hasta el domingo 17 los pizzaiolos prometen que serán milagrosas. Las pizzas estarán disponibles para su recogida formato take away en los locales de Santa Engracia, 48 y Valencia, 9 y también para su envío a domicilio a través de la plataforma Uber Eats.
La popular cadena, que ya lanzó la iniciativa solidaria #Food4heroes los primeros días de la pandemia, se presenta en una fecha tan señalada con la campaña 'Más madrileños que nunca' cumpliendo los pasos como marca la tradición. Porque se fueron a la fuente junto a la ermita del santo para aprovisionarse de agua. Más tradicional no se puede. Solo les ha faltado hacer una versión castiza de sus pizzas napolitanas para este finde.
