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Pizza y discos de vinilo. Dos elementos que combinan a la perfección, en opinión de los responsables de Cuervo, la tienda de discos que abrió hace ahora 10 años en el número 13 de la calle Velarde, en Malasaña, y que desde este viernes se reconvierte en una pizzería... aunque sin perder su esencia y su pasión por la música.
A partir de ahora, a la selección de discos que se venden en Holy Cuervo (que también funciona como sello discográfico, local de ensayo y estudio de grabación) hay que añadir pizzas. En concreto, cuatro para elegir: Lou Rib (de carne), Black Metal (chipirones en su tinta), Veggie Eilish (vegana) y Katy Cherry, margarita. Los clientes pueden pedir una pizza o incluso combinarla con un disco, como en el caso del Pack Seeds, que además de la pizza incluye el vinilo de 'The Boatman’s Call' de Nick Cave. Las cajas de pizza están personalizadas y son coleccionables.
"Es una idea loca que siempre habíamos tenido", cuenta Paco Fernández, fundador de Holy Cuervo. "Cuando estábamos estresados con una gira o el lanzamiento de un disco siempre bromeábamos con la posibilidad de dejarlo todo y montar una pizzería. Al empezar la pandemia empezamos a pensar en serio en hacerlo... y finalmente se ha convertido en realidad".
Todos los ingredientes necesarios para la confección de las pizzas se compran en el Mercado de Barceló, siguiendo una estricta política de consumo responsable y de relación directa con el pequeño comercio de Malasaña. Los trabajadores y repartidores son contratados directamente por el local, cuyos responsables rechazan trabajar con plataformas online de riders por una “cuestión ética” y “contra la precarización”.
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