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Podríamos empezar cantando el 'Pobre de mí', que da por concluidas todos los años las fiestas de San Fermín. Porque no por menos esperado es menos triste, sobre todo para los navarros. Ayer lo anunció su alcaldesa en funciones Ana Elizalde: "Las fiestas de San Fermín no han podido ser la excepción. Como el resto de acontecimientos de transcendencia mundial y fiestas nacionales, queda suspendida. Mientras no tengamos una vacuna así seguiremos". Es la quinta vez en su historia que se suspenden la que quizás sea la fiesta más universal. Sin embargo, desde el consistorio han dejado la puerta abierta a una (poco) posible futura convocatoria. Hay quien hablaba de trasladarlas de julio a septiembre para paliar las cuantiosas pérdidas económicas que produce esta medida. "No es momento para chupinazos, encierros, corridas de toros o procesiones. Las medidas de seguridad son incompatibles con San Fermín. Tendremos flexibilidad y capacidad de reacción si las condiciones sanitarias permitieran su celebración".
En Alemania no se lo han pensado. Y hablamos de finales de septiembre. Queda suspendida la edición de este año de esa macrofiesta de la cerveza que tiene ramificaciones por todo el mundo. Las grandes carpas del Oktoberfest muniqués no se levantarán en 2020. Seis millones de turistas llegaban a la ciudad para sentarse en sus largas mesas corridas, comer codillo y beber ingentes cantidades de cerveza. Pero el coronavirus ha echado por tierra la celebración de este festival por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
