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¡Vuelve el torneo de dramaturgia más loco! Un año más, el escenario del teatro Español se convierte en un ring improvisado donde cada viernes, hasta el 7 de junio, los dramaturgos se batirán en un encarnizado duelo dialéctico. La cosa va así, lo escritores tendrán que preparar un texto inédito de cuarenta y cinco minutos que será representado por dos actores en formato de lectura dramatizada. Ocho autores y autoras se batirán, de dos en dos, con su mejor arma: la palabra. El ganador o ganadora será seleccionado por el público para pasar a la siguiente ronda hasta llegar a la gran final.
Como ocurre con el cine, excepto dramaturgos (guionistas) consagrados como Juan Mayorga, Sanchís Sinisterra o Alberto Conejero, en la escena española (y de otros países) no se reconoce debidamente la labor de estos profesionales de la palabra, siendo, al menos mediáticamente, más importante el trabajo del director, actores y actrices que quién ha escrito lo que luego ellos proyectan.
La idea de hacer un torneo de dramaturgos parte del escritor y director teatral Jordi Casanovas para el Festival Temporada Alta, con la colaboración de la Fundación SGAE y la productora LAZONA. El objetivo es visibilizar la labor de aquellos que crean las historias y poner su trabajo en valor y a un precio popular, de cinco euros.
Le hemos preguntado a una de las participantes, Pilar G. Almansa, dramaturga, directora y colaboradora habitual de Time Out, cuál es la diferencia entre escribir un texto para el torneo y uno personal y esta es su respuesta: “Desde el torneo hay una serie de reglas que te dan los organizadores como la duración, el número de intérpretes y el motor dramático, y tienes que pensar en un texto que se pueda ensayar en tres horas, eso es una dificultad añadida. Cuando estás trabajando en un texto personal puedes tener en cuenta todos los condicionantes materiales pero estos los eliges tú o por lo menos tú eliges qué te condiciona.”