Un viaje de ensueño en las montañas tirolesas: así es el destino que querréis descubrir este verano

¿Quién dijo que la montaña no se puede disfrutar en verano? Aunque su manto blanco haya quedado atrás, en St. Anton am Arlberg (considerada la cuna del esquí alpino), hay muchos planes para hacer también en verano, sea cual sea vuestro nivel o el deporte que queráis hacer.

Para los senderistas, cuenta con 400 kilómetros de senderos marcados, mientras que los mountainbikers podréis disfrutar de 220 kilómetros de caminos y rutas especialmente diseñadas para vosotros.

¿Nos permitís una recomendación, de esas que tenéis que hacer sí o sí? La ruta que recorre Verwalltal, muy cerca del centro de St. Anton, tiene un recorrido mágico que atraviesa praderas, bosques, arroyos y el lago Verwallsee. Es un destino pintoresco imprescindible para pasar una jornada inolvidable caminando, corriendo o en bici. Además, en ella hay muchas sorpresas: desde un puente colgante sobre una cascada hasta un circuito de motocross con obstáculos suaves para que los peques de la casa también se puedan entretener.

Además, St. Anton am Arlberg es un destino muy popular para los ciclistas de carretera, gracias a rutas como la que va hacia el glaciar Kaunertal, la Silvretta Hochalpenstrasse o los tres pasos hacia el Bregenzerwald. En Verwalltal, podréis disfrutar del pumptrack y el Northshore Trail en el área “EldoRADo”. ¿Buscáis algo más relajado? El Stanzertaler Radweg es perfecto para familias.

Nadie se marcha de St. Anton am Arlberg sin caer absolutamente enamorado del lugar. Y es que, además de todo lo que ya hemos mencionado, hay muchos más motivos para visitarlo. Nadar en el Wellnesspark Arlberg-Stanzertal, probar por primera vez el tiro con arco o incluso recorrer su majestuoso campo de golf de nueve hoyos. Si buscáis un lugar para toda la familia, el centro deportivo arl.park cuenta con casi 1.000 metros cuadrados de área de escalada, squash, tenis, gimnasio de trampolines o incluso bolos.

Y como no todo va a ser hacer ejercicio, no os podéis perder su exquisita gastronomía, con más de 60 restaurantes y cafeterías que cuentan con las mejores opciones locales (y también internacionales) para que también recordéis este viaje por el paladar.

St. Anton am Arlberg es ese lugar en el que respirar profundo, conectar con la naturaleza y olvidra el estrés y la prisa de la rutina. Recargar pilas entre sus pastos de película y vivir un verano refrescante entre el agua helada de sus arroyos y el encanto de los picos de las montañas alpinas en el horizonte. Además, es muy fácil llegar a él en tren y tiene varias conexiones directas diarias con Viena y Zúrich. Si no lo conocéis, ahora es el mejor momento para descubrir en primera persona por qué es un destino que enamora.