¿Qué único plato escogerías para comer el resto de tu vida? Ante este interrogante que ella misma plantea, se puede decir que Danielly Martins eligió el arroz. Brasileña de ascendencia italiana, formada en cocina francesa y curtida en España en la mediterránea, demuestra vocación en su trayectoria y en su día a día al frente de un restaurante que ha abierto con esfuerzo y tesón y que lleva por ello su nombre.
Casi fue la suerte la que la condujo a hacer los arroces como los hace, siendo pionera en el uso de un horno eléctrico de piedra para ello. Un fallo en los fuegos, hace tiempo, le hizo improvisar y, a partir de ahí, perfeccionó esta elaboración y técnica sorprendente que aplica a una decena de arroces con fondos trabajados a diario con mimo. Los hay clásicos como el a banda, negro o señorito. Los hay más personales como el de pato en dos o tres cocciones, con foie, boletus y alcachofas o con muslo a baja temperatura. La buena materia prima de proveedores seleccionados impera, por lo que la carta va cambiando y, según época, incluye también unos muy especiales con caza o con lo que mande la temporada. Se sirven por encargo para un mínimo de dos personas y también se llevan a casa.
Como entrantes, las cremosas croquetitas de jamón o de boletus son exquisitas. Las papas con mojos verde y rojo son de lo más demandado y sus tartares, como el de atún con huevo frito y punto picante, son frescos y excelentes. Hay que dejar hueco para una tarta de queso suave, a pesar de incorporar queso azul, con una textura envidiable. Coqueto comedor y terraza cubierta.