Próximo a Nuevos Ministerios, Coconut Boy es un pequeño restaurante con una propuesta de cocina tailandesa fusión. Si bien el grueso de su identidad gastronómica nos traslada a Tailandia, también se encuentran en sus platos otras referencias, consecuencia de la influencia de otras culturas culinarias asiáticas en su recetario. A un servicio amable, atento y cuidado se suma una máxima fundamental que es evidente en cada plato: emplear producto de calidad.
Cuenta con un espacio de sala pequeño y alargado, en el que a un lado se disponen mesas de hasta cuatro comensales y, al otro, una barra desde la que se intuye, al fondo, la cocina, y en la que también es posible sentarse a comer. En el exterior, el local lo completa una pequeña terraza que puede ser agradable para los días de buen tiempo, con mesas altas y taburetes. No destacan la decoración o la vajilla, pero no importa: el foco aquí está en lo que contiene el plato y no tanto en la apariencia de este.
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Con una estructura de oferta a la carta, esta se divide en dos categorías, entrantes y principales y tiene, además, una opción de menú del día que incluye primer y segundo plato y un postre, con elaboraciones más sencillas (por ejemplo, un salmón con puré de patata). Para comenzar, el restaurante ofrece un aperitivo casero, que cambia en función del día, pero que sirve para amenizar la espera mientras se cocina la comanda. Un gesto que refuerza la sensación de estar siendo bien atendido, del interés por cuidar al comensal.
Los entrantes, pensados para compartir, se sirven al centro de la mesa en raciones de dos unidades (en el caso de los rollitos y de los baos) o de cinco unidades (en el caso de los dumplings de cerdo con emulsión de chili jam o las croquetas thai con mayonesa chipotle). En este apartado, soberbio el black bao de langostinos con kimchi casera y mayonesa de sriracha, que incorpora toques de frescor y compensa el lado picante con albahaca, menta y cilantro.
Entre los principales, el curry Coconut Boy con carrillera de cerdo ibérico, espárragos, pack choi, cebolla y lichi, que llega acompañado de arroz, pica y hace salivar a partes iguales. En esta sección, variada, otra opción de curry verde de corvina convive con magret de pato o costilla de cerdo y, si buscas algo más tradicional, encuentras un pad thai de langostinos (esta vez sin fusión). Para quien quiera darse un paseo hasta Singapur… el plato de chilli crab acompañado de pan roti es un acierto total.