Fayer

En el barrio de Almagro abre un binomio culinario tan sugerente como poco habitual por estos lares. Cocina israelí y parrilla argentina. De Buenos Aires a Madrid. Así que puedes disfrutar en la misma velada de un lajmayin, una masa fina al horno con ternera especiada, tomate y tamarindos, y una entraña con salsa criolla. Sus artífices son Martín Loeb y Alejandro Pitashny, ambos socios son los creadores de Food Macro, un fondo de inversión especializado en la gestión y desarrollo de conceptos gastronómicos. Vamos, hay mimbres y buenos números detrás de este proyecto que dirige el chef Mariano Muñoz desde cocina. Aplaudidas recetas tradicionales y cortes de carne aún más canónicos. Y el fuego (eso significa fayer) en el centro de la propuesta. Materiales nobles como la piedra de Jerusalén y la madera se distribuyen en sus tres espacios: barra, sala y reservado. Un espacio que ejemplifica cómo la contundencia de la pieza maestra de la casa, el pastrón con hueso (un costillar de novillo curado durante 10 días en una mezcla de sal, azúcar y 13 especias, ahumada en frío durante 8 horas y, finalmente, cocinada al vacío a baja temperatura durante 24h.) se equilibra perfectamente con la delicadeza de un baklava a los postres.